Perreo Colegial

"libertad de expresión es poder decir lo que otro no quiere oír"

Hace un par de semanas en el diario más importante del Ecuador se publicó una foto que causó mucha polémica en el medio: el Presidente ecuatoriano no sólo sabe berborrear, ahora también aprendió a perrear!

Y cabe entonces, faltos de originalidad pero llenos de emoción, decir que el Perreo también es ya de todos. Bueno, no de todos, porque únicamente perrean los que son parte del círculo íntimo del mandatario, pues a algunos la falta de habilidad en el perreo les ha significado la ira del Correazo y han tenido que irse como perro arrepentido del Palacio. Sino pregúntenle al periodista Palacio que hace algunas semanas, por no saber perrear, fue sacado como a perro de una rueda de prensa revolucionaria que se repite todos los sábados.

Y el problema es que al opinar distinto (o simplemente al no perrear) se atenta contra la majestad del Presidente, o de la Presidencia (con los autoritarios no se puede descubrir con claridad la línea que divide los dos términos). Debe quedarnos claro que el único que puede ofender al Presidente es el Presidente mismo, y para que no se quejen de que no lo hace es que se ridiculiza con bailes tan grotescos y aberrados.

Lo que nos lleva a las siguientes conclusiones: o solamente puede perrear el que apoye al Gobierno o sólo se puede perrear con el Gobierno. En la nueva sociedad del socialismo del siglo xxi sólo se podrá bailar al ritmo de lo que decida el gobernante soberano. ¿Quién se ha creído quien pretenda tomar decisiones por si sólos? En la nueva sociedad del socialismo del siglo xxi la libertad no es necesaria; la iniciativa viene siempre del centro. Toca aprender a bailar ese perreo colegial.