miércoles, 5 de septiembre de 2007

Dejad que los niños vengan a mi



"Poca interferencia del estado es tan peligrosa como mucha - porque lo primero lleva inevitablemente a lo segundo." (Harry Browne)


El Mesías dijo, "Dejad que los niños vengan a mi". Si bien la historia que contamos a continuación parece un relato bíblico, la realidad venezolana nos muestra que el general y líder socialista, el Salvador Hugo Chávez está por traer el reino de los cielos a Venezuela. Al menos eso cree. Si el reino de los cielos significa pobreza, escacez, terror y falta de libertad pues tocará ir a reservar cuarto al reino de Don Satanás. Algo de libertad ha de haber por ahí. Seguro más que en Venezuela. De regreso al relato.

Como la Patria en Venezuela también es de todos, ahora es el turno de que los niños sean de todos. El Chavito está impulsando una ley para otorgarle al estado la Patria Potestad de los niños de entre 3 a 20 años, formando un grupo denominado "Círculos Infantiles" (¿recuerdos de las juventudes hitlerianas?). Durante este tiempo, sus familias sólo podrán verlos 2 días al mes.

Funciona de la siguiente manera: el socialismo de allá no tenía qué otra libertad quitar, y se dio cuenta que aún no había destruido las familias, una de las pocas cosas que quedaban algo protegidas de las garras del estado aún. Entonces a don Huguín se le ha ocurrido quitarle a las familias sus niños. ¡Lo que hace la soltería! ¿Alguien le podría explicar al coronel cómo se hacen los niños? A ver si así deja de querer robarse los niños de los demás (como ya ha hecho su socialismo con sus bienes, libertades, comodidades, pasaportes, etc.).

Les das la mano y se te cuelgan del hombro. Una Asamblea le dio a Chávez más poder y se te llevan a los hijos. Las paradojas de no vivir en libertad. Al General también le falta mujer... ¿Serán las siguientes?


martes, 4 de septiembre de 2007

Las Tres mentiras de Chavez

El representante del Socialismo del Siglo XXI, cuando era un lobo disfrazado de oveja. Si ya sabemos lo que resultó de que el chavismo haya ganado la Asamblea venezolana, qué nomás hará don Correa si ha dicho de frente que está de acuerdo con dos de las tres mentiras que aquí dice Chávez.

De Judíos a Pelucones

"Qué suerte tienen los gobiernos si la gente a la que administran no piensa." (Adolfo Hitler)

Los neosocialistas están acostumbrados a buscar un chivo expiatorio a quien culpar de todos los males de sus países, y contra quien dirigir su retórica de odio, conflicto y separación.

En la alemania hitleriana, los judíos encarnaban, para el Fuhrer, todos los males alemanes: eran los financistas avaros y los grandes industriales que exprimían al pueblo alemán; eran la prensa que difamaba a la nación, y también los débiles y corruptos parlamentarios cómplices de los humillantes tratados de paz y de la debilidad de la nación.

Después de los bailes electorales, al llegar al sillón presidencial, Correa debió haberse preguntado ¿quiénes serán MIS judíos? No se demoró en responderse: los pelucones.

Por eso debemos agradecer a nuestro nuevo líder y mesías, pues nos ha dado a quien odiar. Y así los banqueros avaros son pelucones, los empresarios e industriales son recontrapelucones, la prensa es lo más pelucona del país, y bueno, como el presidente cambió el parlamento a su favor y puso a unos alternos desconocidos, no sabemos si son o no pelucones, pero lo que no mata engorda, así que los empeluconó también.

Pero las enseñanzas de Hitler no se quedaron ahí. Para ser popular debía hacer grandes congregaciones y masas donde difamar al enemigo común. Grandes plazas fueron testigos de actos masivos en los que el líder nazi llamaba a la nación a unirse contra los judíos a quienes debe quitarse todo poder. Y nuestro hitlerito aprendió también esa lección. No desaprovecha un acto masivo (y los organiza con bastante frecuencia) para llamar a la lucha contra los pelucones.
Finalmente, se dice que el odio de Hitler hacia los judíos se debe a que su padrastro abandonó a su madre, y que él mismo tenía cierta ascendencia judía. Correa viene de una familia pelucona, y dicen las leyendas que cuando su padre falleció, su familia pelucona le viró la cara.
Las comparaciones son odiosas, pero ésta en especial si que está llena de odios y patrañas. Si recordamos que el nacionalsocialismo terminó (gracias al cielo) derrotado, y dejó a Alemania dividida por un muro, tendríamos que preguntarnos: ¿Terminaremos en Ecuador con un muro que divida Guayaquil del resto del país, hasta que los socialistoides del siglo XXI se den cuenta que sólo en libertad se progresa y sus mentiras sean vencidas de una vez por todas?
Hasta que eso ocurra, habrá que seguir levantando la mano para saludar al presidente, pero para saludarlo, no vaya a ser que cualquier otro gesto parecido nos haga terminar en prisión por injuriar la majestad de presidente.